Peones Negros Sevilla

Blog que se dedicaba a difundir la actividad de los Peones Negros de Sevilla, y que en la actualidad sólo sirve de museo de opiniones antiguas.

lunes, septiembre 4

La caja de Pandora

Dice Trashorras que el 11-M fue un "golpe de Estado" encubierto (leed, también, el comentario en el blog de Luis del Pino). Podría ser verdad o mentira. Yo pensaría que es mentira si nada en la investigación apuntara esa posibilidad. Pero lo cierto es que los datos tanto oficiales como extraoficiales sustentan esa teoría.

Podríamos estar ante la génesis de una crisis nacional muy grave, y también ante la recta final de la investigación. Cuando uno canta, los demás no tardan en hacerlo. De momento, esperemos y observemos.


ACTUALIZACIÓN. Hay quienes, como Ignacio Escolar, han perdido la memoria. Al parecer, Trashorras es un terrorista cuya palabra no merece crédito alguno. Pero no puede ser sólo porque sea un delincuente (el que le vendió los explosivos a los autores materiales del 11-M). ¿O es que un supuesto comunicado de Al Qaeda, que es un grupo terrorista, sí es creíble? ¿Quizás una carta, también de Al Qaeda? Escolar, ¿cuándo vale la opinión de los terroristas y de los delincuentes? ¿Siempre? ¿Nunca? ¿O sólo cuando beneficia las hipótesis afines? Más que nada es porque, hasta ahora, Trashorras no parecía tan malo en tu blog.

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2 Comments:

A las 08:59, Anonymous Anónimo dijo...

Al parecer, no es Ignacio Escolar el que ha perdido la memoria: Mientras en la reciente entrevista Pedo Jota habla de Trashorras como si intentara cortejarlo (Hasta el punto de enfatizar su santidad alegando que ayudaba a su abuelita en las tareas del campo), ésto es lo que decía de él al comienzo de las investigaciones:

""Menos mal que la Policía no ha encontrado el otro garaje, que si ve la dinamita que hay allí, flipa". La frase se la otorgan a José Emilio Suárez Trashorras, de 27 años, ex minero, sus vecinos de Avilés. Y aunque lo dicho puede no ser más que la onda expansiva de la rumorología estallada en la ciudad tras la conmoción de saber que uno de los suyos estuvo implicado en lo del 11-M, lo cierto es que son varios los que aseguran que se lo oyeron decir.

Lo relató el propio Suárez Trashorras, cuentan, con aires de pavoneo, en el verano de 2001, poco antes del otro 11, el «S», el de Nueva York. En Avilés la Policía acababa de forzar la cerradura de un garaje de la calle Eloy Fernández Caravera. Dentro no sólo había encontrado los estupefacientes que buscaba, también 16 cartuchos de Goma-2 y casi un centenar de detonadores. Los dueños del local, J. I. F. D. y A. T. C. (esté último es Antonio Toro Castro, 26 años, amigo, socio, cuñado e inseparable de Suárez Trashorras) fueron detenidos. Suárez Trashorras también. El cuñado, Antonio Toro, admitió ser el dueño de la droga pero se desvinculó totalmente de la propiedad de los explosivos y de los multiplicadores.

Unos meses antes de aquella operación en la que los agentes se toparon con la dinamita por casualidad, un vecino ya había avisado a la Guardia Civil de que sospechaba que en el garaje traficaban con explosivos. «Menos mal que la Policía no ha encontrado el otro garaje...». Las palabras de entonces han recobrado eco ahora que se sabe que Suárez Trashorras puso en manos de los terroristas al menos los detonadores de la masacre, que fueron pieza clave en los atentados que sacudieron Madrid. ¿Sería también aquella dinamita de la que hablaba la que ha sesgado al menos 190 vidas?

(...)


En el examen médico al que Suárez Trashorras se sometió para entrar en la mina no hay anotación alguna que hable de una mente trastornada. Pero cuando salió de allí -31 de octubre de 2002, después de que la empresa no le renovara el contrato- fue precisamente su fragilidad mental lo que le permitió comenzar a cobrar una pensión de jubilación de entre 1.200 y 1.800 euros. Dinero suficiente para vivir sin apuros en una ciudad pequeña como Avilés pero no para llevar el tren de vida al que se había subido irremediablemente Suárez Trashorras: «Hoy un Audi y mañana un Mercedes».

El informe psiquiátrico que emitió para él una mutua privada dice así: «Personalidad esquizoide con cuadros de agorafobia y ansiedad». Es más: «Desde la adolescencia trastornos mentales y del comportamiento de tipo esquizoafectivo bipolar». Según el diagnóstico, la personalidad de Suárez Trashorras se desliza entre la euforia a la depresión. Y así de polarizado describen su carácter sus vecinos. Para unos es un chico formal, que no se hacía notar. Otros lo recuerdan nervioso, y tendente a la violencia. Y evocan el episodio que protagonizó en la calle Marqués de Suances, donde se fue a vivir cuando dejó la casa de los padres.Un día salió con una escopeta de caza y disparó al aire. Dicen que avisaba a alguien.

Aparte de lo del garaje, Suárez Trashorras se las ha visto con la Justicia en dos ocasiones. Tuvo un juicio por faltas en el que fue declarado inocente, y a principios de este mismo mes compareció en una vista penal para hacer frente a una acusación de delito de lesiones. Abandonó la sala con la absolución. La víctima, que supuestamente había recibido una brutal paliza, había remitido una carta al juez diciendo que no se acordaba de nada.

En el edificio de Marqués de Suances tampoco gozó de popularidad.Algún vecino denunció el ruido nocturno de la casa, provocado por el frecuente entrar y salir de quienes venían no se sabe a qué. Muchos rostros y muchos coches lujosos que fueron recibidos sin discreción. A la familia denunciante alguien le desmontó el Mercedes y le selló la puerta de la casa con silicona. La Policía ha interrogado uno por uno a todos los vecinos, que se excusan ante la prensa. Dicen que por miedo. «¿Pero sabe usted de lo que estamos hablando?»."

Supongo que me sabrá usted decir si lo que está perdiendo Pedro Jota es la memoria o la ética.

 
A las 09:49, Blogger Atareq dijo...

Trashorras era un chivato de la poli, y los chivatos no son trigo limpio, así que no me estás descubriendo contándome que se las ha visto con la Justicia.

Ahora, lo de su esquizofrenia ya es más preocupante. Parece la típica mancha, en un expediente de por sí dudoso, que el KGB introduce cuando quiere minar la credibilidad de alguien. Pero bueno, yendo a los hechos, ¿qué hacía un supuesto esquizofrénico haciéndole el trabajo sucio a la poli? Me parece curioso que se haya dado credibilidad a lo que Trashorras ha declarado hasta ahora, ya que coincidía con la tesis oficial. Ahora que dice todo lo contrario, se le acusa de delincuente, terrorista, esquizofrénico y no sé qué más. ¿También veía el Tomate?

Por cierto, despéjame tú la duda, anónimo. ¿Por qué para Escolar valen unas cintas y unas cartas de terroristas, pero no vale lo que dice un tío al que él llama terrorista?

 

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