Reflexiones sobre el 11-S

Sevilla, no me cuesta reconocerlo, es una ciudad pasmada. Pasmada ante el mundo, ante los cambios, ante la cultura, ante la modernidad. Pero sobre todo, pasmada ante sí misma, embelesada con sus tres o cuatro gracias de siempre.

Hoy, unos cuantos peones hemos estado en Santa Justa para recordar a las víctimas del 11-M. Pero a pesar de que los demás son personas muy interesantes y con puntos de vista muy enriquecedores, siento vergüenza al leer la respuesta que han tenido otras ciudades. Y es que Sevilla, como decía, está pasmada, perpleja, adormecida.

Pero se la puede despertar. Y lo vamos a conseguir aunque sea difícil. Porque cuando Sevilla despierta, cuando ruge su entraña milenaria y salen a relucir sus más hondos sentimientos, esta ciudad es capaz de asombrar y dejar a cualquiera con dos palmos de narices. Así somos los sevillanos, exageraos para todo, ya sea bueno, ya sea malo.

De momento ya hemos conseguido un pequeño objetivo, que es iniciar el movimiento de los Peones Negros de Sevilla. Y nos hemos marcado más objetivos para un futuro muy cercano.

Babieca y Gugui han aportado ideas sobre la hora y el lugar. A partir de ahora nos reuniremos en la Plaza Nueva, bajo la estatua de Fernando III, a partir de las 20:30. Al ser el centro, es más fácil llegar en autobús y, atrasando la convocatoria media hora, conseguimos que la gente que trabaja por la tarde no tenga problemas para llegar.

También hemos acordado participar en la manifestación de la AVT del próximo 1 de octubre en nombre de los Peones Negros. Esperamos contactar con los peones de Andalucía para coordinar ese encuentro.

Por último, hemos decidido confeccionar un folleto informativo con las últimas novedades de la investigación, que repartiremos entre la gente para darle difusión al movimiento.

Aunque siento que no hayamos sido más, estoy contento por haberme reunido con un grupo magnífico y con buenas ideas. Hemos comprobado, a pie de calle, que la iniciativa funciona, aunque de momento esté en una fase embrionaria. Sólo tenemos que poner empeño y espabilar a esta ciudad. Pero como siempre, mi deseo es que los Peones Negros toquen a su fin cuanto antes. Eso significará que ya no somos necesarios, es decir, que se sabrá toda la verdad.